"Os espelhos estão cheios de gente.
Os invisíveis nos vêem.
Os esquecidos se lembram de nós.
Quando nos vemos, os vemos.
Quando nos vamos, se vão?"
Eduardo Galeano: Espelhos

sexta-feira, 11 de outubro de 2013

El Diablo es negro

Crianças negras, Emmanuel Zamor

Como la noche, como el pecado, el negro es enemigo de la luz y de la inocencia.

En su célebre libro de viajes, Marco Polo evocó a los habitantes de Zanzibar: Tenian boca muy grande, labios muy gruesos y nariz como de mono. Iban desnudos y eran totalmente negros, de modo que quien los viere en cualquier otra región del mundo creeria que eran diablos.

Tres siglos después, en España, Lucifer, pintado de negro, entrada en carro de fuego a los corrales de comedias y a los tablados de las ferias. Santa Teresa nunca pudo sacárselo de encima. Una vez se le paró al lado, y era un negrillo muy abominable. Y otra vez ella vio que le salia una gran llama roja del cuerpo negro, cuando se sentó encima de su libro de oraciones y le queimó los rezos.

En América, que habla importado millones de esclavos, se sabia que era Satán quien sonaba tambores en las plantaciones, llamando a la desobediencia, y metia música y memeos y tembladeras en los cuerpos de sua hijos nacidos para pecar. Y hasta Martin Fierro, gaucho pobre y castigado, se sentia bien comparándose con los negros, que estaban más jodidos que él:

- A éstos los hizo el Diablo – decia – para tizón del inferno.


GALEANO, Eduardo. Espejos: una historia casi universal. Buenos Aires: Siglo XXI Editores & Siglo XXI Iberoamericana, 2008. p.114-115

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